Un superalimento que puede sustituir al pan. (Foto: Wikimedia)

Un llamativo fruto que puede sustituir en las comidas al pan

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Existen frutas que parecen haber sido meticulosamente diseñadas, tan impresionantes son. Un ejemplo notable es el frutipán o fruta del pan, conocido científicamente como Artocarpus altilis.

Sin embargo, su riqueza lingüística no se detiene aquí; en Centroamérica se le llama el árbol del mazapán, en el Caribe se le conoce como frutapán, en Venezuela como pan de pobre, en el norte de Colombia como pan de dios, en República Dominicana como buenpán, en maorí se le nombra kuru, en Samoa como ulu, y en Filipinas como rimas (pero no se cultiva en España).

El frutipán es el fruto de este árbol del pan, y sí, su sabor recuerda al del pan. Originario de Oceanía, varía en tamaño, con longitudes que oscilan entre 9 y 45 centímetros y pesos que van desde los 250 gramos hasta los 6 kilos.

En la actualidad, se cultiva en una amplia región que incluye el Pacífico, el sureste asiático, el Caribe y América Central, siendo introducido por los europeos en el siglo XVIII. Un solo árbol puede dar lugar a entre 200 y 700 frutos del pan en un solo año.

Todas las partes de esta planta son aprovechadas en la medicina tradicional del Pacífico y el Caribe, destacando el uso del látex y las hojas. El látex se emplea para tratar afecciones como la ciática, la diarrea o la disentería.

Las raíces, consideradas purgativas, se maceran y utilizan para fines dermatológicos. Las hojas se utilizan para reducir la presión sanguínea y tratar el asma.

Y, por supuesto, los frutos. Con forma redonda y, en algunos casos, tamaño similar al de un melón (15-30 cm de diámetro) y un peso de más de dos kilos, estos frutos son altamente nutritivos.

Son ricos en carbohidratos en forma de almidón, fibra y constituyen una excelente fuente de vitaminas y minerales. Además, aportan cantidades significativas de proteínas y lípidos en comparación con otros tipos de frutas.

Las posibilidades culinarias del frutipán son diversas. Puede ser cocinado de varias formas, como a la parrilla, al vapor, al horno, frito o asado. Se pueden hacer chips de frutipán, acompañar guisos o platos de carne, o incluso utilizarlo en pasteles horneados, creando resultados similares a una tarta de queso.

Además de su versatilidad en la cocina, la ciencia ha demostrado que el frutipán es más digestivo y proteico que el pan. Un equipo de investigadores de la Universidad de Columbia Británica ha estudiado los efectos del consumo de harina de frutipán molida en la digestión a través de experimentos realizados con ratones.
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